Este fin de semana me alteraron mi rutina con una excursión en la que se incluía cena y cine. La primera parte de la excursión tuvo su complicación por la mala costumbre que tienen en algunos lugares de situar los indicadores de tal forma que los ves cuando has rebasado el cruce y te dejan con la alternativa de perderte más adelante o liar un espectáculo dando marcha atrás para tomar la dirección correcta.
Visita de noche y con lluvia por carreteras estrechas y retorcidas hasta llegamos a Marganell, optando ya por dar la vuelta porque estaba viendo que por ahí, no llegabamos a ningún sitio. Lo peor es que realmente ese tipo de carreteras, y me gusta llevar el coche con alegría, menos mal que los 65 Cv de mi Fiesta no dan para muchas alegrías, porque no eran las condiciones ideales para pisar el acelerador. Pero bueno, tras poner un poco de sentido común se consiguió llegar al punto de encuentro.
De la cena ¿qué decir? Para comer de Mexicano, o me preparo los burritos a mi propio estilo (con ingredientes innovadores y resultado -casi- siempre estupendo) o voy a lo seguro y voy al Pendejo, donde la cocina es muy buena y donde puedes pedir micheladas. Y después llego al cine.
Normalmente al cine voy con mi hermano, y hay veces que vamos a tiro fijo a ver una película concreta (por ejemplo el sábado queríamos ver Transporter 3) y otras no. En esas ocasiones, vamos hasta el cine, hablando de cualquier tema que nos venga por la cabeza. Cuando llegamos al cine miramos la lista de películas y disertamos acerca de cual puede estar bien o cual no. Llega un momento en que cada uno saca su lista de películas que cree que podría estar bien, y finalmente se acaba viendo alguna de la intersección, vamos que acaba siendo un mutuo acuerdo. Si por cualquier motivo o a mí no me convence ninguna película, o no le convence a mi hermano, o no hay ninguna que coincida, simplemente desandamos el camino y ya lo intentaremos otro día.
Y es que no es cuestión de gastarse alegremente lo que cuesta el cine (y más si pagas el de dos, más después palomitas y refresco) para ver algo que no te atrae especialmente, ojo que luego puedes tener la mala suerte que aquello que fuiste a ver acabe siendo un bodrio que no te guste nada. Por eso es que me gusta ir al cine con mi hermano, aunque claro, algo caro sí que me sale :).